Como dos nada extraños...

viernes, 4 de marzo de 2011

Como has cambiado pebeta

El tiempo no me alcanza para hacer nada más que para estar ofreciendo mi teta y cambiando pañales. Y se me viene "Cómo has cambiado pebeta...". El tango está pero para escucharlo. Me he propuesto, por el momento, no salir a gastar energías a no ser que vuelva con plata por haberlas gastado. No se, se me ocurren algunas ideas, por ahí me tiento en pispear tarjetitas que me han dejado ex clientes. Pero sí que un hijo te cambia la vida. Hasta me veo señorona y me pregunto si lo de andar desnudándome tiene sentido.
Mi beba necesita alimentarse y yo también así que abstinencia hasta recuperarme de la anemia y del cansancio. Cuando uno baila ni escucha por ahí las letras. Así que por un lado es productivo. Hace un tiempo renegaba con eso de que los bailarines ni sabemos lo que bailamos así que la situación hace que me ande ocupando de ese tema. Además, he descubierto que a mi beba la tranquiliza escucharme cantar.
Amo cantar tangos mientras hago otras cosas y ahora amo cantar tangos mientras miro a mi ínfima personita. "¿Mi?"; es mía una persona por más hija que mía sea?; mmm, no me gusta descubrirme madre posesiva. Lo cierto es que la miro, le canto, se duerme...Cómo duermen los bebés!; por ahí pienso que podría salir perfectamente y dejarla dormidita y luego me arrepiento.

2 comentarios: