Como dos nada extraños...

lunes, 28 de mayo de 2012

SOLLOZOS Todo bien?- me preguntaste en la tanda de Fresedo te cabeceé dando un sí y volví a buscar tu aliento. No me dejes por favor, ni en un instante entre tangos Necesito caminar, de tu mano, nada más Necesito de este rato que nos envuelve a los dos en esta historia de amor, que me remueve el color Que me va emparchando grietas de alguna pena colada que me llena de arcoiris y de brillo la mirada. Te quiero porque ahora estás y ya no me importa más.

miércoles, 16 de mayo de 2012

ARRABAL AMARGO Tuve un desastre doméstico – poco glamoroso por cierto: se me cayó el bidet lo que ocasionó una ida a la guardia donde me cosieron la entrepierna y, una hecatombe doméstica que generó disturbios en el vecindario. Hasta ahí, un panorama caótico. Pero, en eso, me dispuse a tomar al toro por las astas y me dirigí hasta la ferretería que justito tengo a la vuelta, para comprar Pulpito. Es el adhesivo que usa mi madre para pegar sus tacos y, "es a prueba de agua". La idea era rellenar la grieta desde donde se veían nacer las gotitas. Por lo menos hasta conseguir un plomero y evitar la inundación. Dicen que los bebés se pueden ahogar hasta en un charco y no me perdonaría promover tal accidente. Y, apenas entré al local, no pude mas que verlo y, al instante no pude mas que desear dejar de verlo. No se por qué. No lo quería ver más. De pronto me veía sentada en una banqueta que divisé al fondo de la ferretería, entre una escalera altísima cerrada que estaba apoyada junto a la pared y unos baldes que parecían de pintura. Por ahí quería sentir su lugar, pertenecer a su espacio, acompañarlo. Una brisita de ilusión. Lo cierto es que estoy perdida: sin poder bailar unos tangos y sin el don de la expresión oral cada vez más difícil se me hace conocer a alguien que pueda llegar a querer conocerme. Y, cómo me gustaría que el ferretero quiera conocerme. ¿ Cómo me acerco?!. Alejado del perfil tanguero que suele seducirme y al que medianamente conozco de las estrategias que puedo llegar a utilizar - para lograr acercamientos que terminan de seguro en la cama, luego de unos besos babosos, hago agua en este rubro. Tanto tango, tanto abrazo y en la calle no estoy sabiendo cómo levantarme un tipo. En Buenos Aires, se agilizan tales encuentros: los hombres te piropean bastante, una que por ahí ( si gusta del autor del piropo) sonríe, invitación a cafécito, etcétera. Pero, acá las cosas no fluyen. Hay que hacer fuercita. Piropos solo llueven desde algún lejano andamio. Y, no está fácil. Menos si ahora se te ocurrió querer que te conozcan tu interior. Qué viva!: ahora que no me está gustando tanto lo que veo de mi, quiero creer que mi interior está bueno. Y, lo mas triste es que ni yo conozco qué más hay de mi que no esté viendo. Cómo es?; ayyyy...estoy terriblemente boba. Puedo decir que tiene una actitud callejera que me da seguridad,una voz ronca que me hace acordar al de Almafuerte, unas manos grandes, con infinitas líneas, ajadas...Tiene un anillo en su pulgar como de gitano, hombros como para acariciar mientras suena algún tanguito versión Hugo Díaz y un tatuaje en antebrazo derecho…Reconozco odiarrrr los tatuajes y haber dicho unas quince veces en mi vida - y puede que más también, que los hombres tatuados causan mi rechazo…Y bue, hay excepciones porque no es el primer tatuado que me gusta. Y a todo esto, Beba en su pata pata ,morada del llanto. Deduzco que pensó que la llevaba al médico. Ya estaba el ferretero por darme el vuelto cuando me preguntó “cuánto tiene?”- mirándola a mi chirusa furiosa. Levanté mi índice - en señal de uno y él tiró datos: tengo una de dos. Y siguió: - pero vivo con mi hija de 6 . Por qué será que esa última frase me terminó de embobar. Imaginarlo como padre, haciéndole la comidita a su hija, ayudándola en sus tareas lo hace mas atractivo a un hombre?. La cosa es que en este rubro estoy perdida. No tengo idea cómo acercarme. Encima no se si está bueno tener que ir a comprar cualquier cosa con tal de topármelo. Él – sinceramente, no me dio el más mínimo indicio de nada. O sea: en esta pile no hay una gota de agua pero más me encanta el desafío.

sábado, 12 de mayo de 2012

NOCHERO SOY

No soporto este sol hermoso que anda brillando ahí afuera(por algo mi baile encuentra motivación entre sombras y, si bien la sombra puede que sea una resultante del mismísimo solcito, no soporto a esta este astro. Lo odio. Es que me da cierta culpa no hacer lo que muchos hacen en días soleados: eso de ir al parque con los bizcochos y el mate, llevar a corretear a los chicos...Beba no reclama lo que no conoce. Tan mal no creo que esté igual. Ella es tan blanca que por ahí este sol le podría hacer mal. Somos parecidas y si bien no la llevo a la milonga ( me da miedito que algún despistado se le siente arriba si la dejo dormida en un sillón y la mate), solemos ir bastantín al teatro, mucha varieté, ambiente hipón...Después los critico porque otra cosa que no sporto es codearme con gente sucia y los teatreros - sobre todo los que andan en la onda fusión con circo, tienen ese aspecto común: el descuido en su higiene. De todas maneras, reconozco haber estado muerta de amor por un trapecista. Entrenábamos en Plaza Francia, colgábamos el trapecio de un árbol altísimo y allí volábamos por las mañanitas. Se extraña esa estupidez adolescente. Ese tiempo que sobraba. Ahora no me alcanza ni para una siesta.

domingo, 6 de mayo de 2012

POR QUÉ TE FUISTE

La otra noche me acompañó unas cuadras. Habíamos bailado juntos la ultima tanda. Y, a la mitad de camino me invitó a tomar un café a su casa ( una sabe a esta altura lo que "un café" significa. Aún sin haberme hecho la idea de antemano con este gurrumín ( no creo supere los 25), accedí. Muy dulce él. El café brilló por su ausencia. No cruzamos mucha palabra de asuntos cotidianos. Nos besamos y en lo mejor, me dejó para poner "Poema" en versión árabe. "A que no lo conocés" - me dijo. Nos seguimos besando mientras abrazados bailábamos y, como si fuera parte del mismo baile, nos desnudábamos lentamente. No quería llegar tan lejos con él. Me di cuenta un poco tarde tal vez, mirando de reojo nuestras prendas hechas un bollito sobre el piso y, con apenas mi vincha puesta y mis manos que tomándolo de sus hombros lo empujaban para alejarlo, le dije: "Perdoname pero no me siento bien"-. Por qué dije eso?!- no se. Salió así. Por qué llegué hasta ahí cual si fuera una chicuela virgen?- tampoco se. Me miró recontra sorprendido. Huí resuelta de la situación buscando mi babucha. Recuerdo su: "bueno, tengo que bajar a abrirte así que esperá que me visto". Así fue: volver a casa con todas esas imágenes entre graciosas y horribles. Evidentemente no estoy bien: mientras su cara era puro desconcierto yo me vestía al compás de la música que era im pre sio nante. Tal vez fue eso: la música lo que me hizo actuar así. Que se yo. Esa noche fue rarita, volví hecha una libélula a casa pero me desperté mal. No lo quería encontrar en la milonga. No sabía cómo sería. No sucedió eso. Me lo encontré hoy: de día, con Beba mientras iba camino al parque. No frenamos. Sólo lo crucé y lo saludé sin beso ni nada y medio escondiéndome. Me odio tanto como odio al sol.