Como dos nada extraños...

domingo, 6 de mayo de 2012

POR QUÉ TE FUISTE

La otra noche me acompañó unas cuadras. Habíamos bailado juntos la ultima tanda. Y, a la mitad de camino me invitó a tomar un café a su casa ( una sabe a esta altura lo que "un café" significa. Aún sin haberme hecho la idea de antemano con este gurrumín ( no creo supere los 25), accedí. Muy dulce él. El café brilló por su ausencia. No cruzamos mucha palabra de asuntos cotidianos. Nos besamos y en lo mejor, me dejó para poner "Poema" en versión árabe. "A que no lo conocés" - me dijo. Nos seguimos besando mientras abrazados bailábamos y, como si fuera parte del mismo baile, nos desnudábamos lentamente. No quería llegar tan lejos con él. Me di cuenta un poco tarde tal vez, mirando de reojo nuestras prendas hechas un bollito sobre el piso y, con apenas mi vincha puesta y mis manos que tomándolo de sus hombros lo empujaban para alejarlo, le dije: "Perdoname pero no me siento bien"-. Por qué dije eso?!- no se. Salió así. Por qué llegué hasta ahí cual si fuera una chicuela virgen?- tampoco se. Me miró recontra sorprendido. Huí resuelta de la situación buscando mi babucha. Recuerdo su: "bueno, tengo que bajar a abrirte así que esperá que me visto". Así fue: volver a casa con todas esas imágenes entre graciosas y horribles. Evidentemente no estoy bien: mientras su cara era puro desconcierto yo me vestía al compás de la música que era im pre sio nante. Tal vez fue eso: la música lo que me hizo actuar así. Que se yo. Esa noche fue rarita, volví hecha una libélula a casa pero me desperté mal. No lo quería encontrar en la milonga. No sabía cómo sería. No sucedió eso. Me lo encontré hoy: de día, con Beba mientras iba camino al parque. No frenamos. Sólo lo crucé y lo saludé sin beso ni nada y medio escondiéndome. Me odio tanto como odio al sol.

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