No puedo creer estar otra vez por Buenos Aires; lo creo y lo descreo varias veces por día. Y ahí estoy. entre una murga discreta que suena junto a una fogata en la misma plaza y ellas: las luces de colores que me invitan, el tapete que me llama y tanto guapo y guapa por la pista. No hay mesas que rodean pero sí quienes con botella de Quilmes en mano disfrutan pispeando abrazos. Cómo me gusta la milonga de la Placita de San Telmo!. Una emoción caer otra vez por esos lados; se me vienen imágenes de hace tantos años y ver al mismo Indio poniéndole el pecho a las balas de frío...Emociona. Puro amor tanguero que en las milongas callejeras se deschava de primera. Y es tan raro lo que me pasa. Será que una es callejera que las milongas a cielo abierto sientan tan bien. Bailo lo que venga y como venga, mezclo entrados en alcohol con principiantes charlatanes, abrazo sin pudores a morochos entradores...Todo está permitido porque una se permite en un ámbito que promueve diversidad e inclusión. Y, las milongas callejeras tienen tanta vida, colores, zapatos a montones que el tango encuentra su actualización tan necesaria. Gracias.
(Domingos a partir de las 20 hs en Plaza Dorrego - San Telmo - Capital Federal )