ant sig

MI TANGO TRISTE


Anoche bailé con Maxi, un morochito rústico de los que se acercan a mi estilo. Maxi se viste de una manera que deja aparentar estar descuidado pero, basta bailar con él para darse cuenta que lo del descuido es solo una pose superficial. Su piel huele a limpia, a fresca, a aceite Johnson. Con él me gusta bailar agarrando con mi mano izquierda su brazo, su hombro.
Propuso bastantes giros ( tengo tendencia a resistirme ante éstos si son reiterados) pero, acá el giro era la excusa perfecta para dejar que mi mano se acomodara, buscando a su antojo recorrer ese brazo, sostenerlo más fuerte, apretarlo. Hermoso era sentir esa piel, absorver el aceitito, refregar las yemas de mis dedos por todo ese espacio, inundando mi mano como un cuenco sobre sus axilas para dejarme hacer cosquillitas con sus pelitos negros, pinchocitos,espesos. Me gustan los hombres con buenos brazos usando musculosas (que no sean tan ajustadas por favor). La de Maxi me quedó grabada: ex negra, actual color rata donde se resaltaba "Babasónicos" en color blanco. Del pantalón ni hablar como le calzaba: un pantalón de trama tejidita ( los he visto rondar en puestos hippies). Me mató ese pantalón en ese cuerpo; era fácil imaginármelo desnudito. Y, en medio del jardín del amor sin darme cuenta, mis ojos se entreabrieron estando en esta embriaguez calentita. Y lo vi: Miguel Ansaldi que se iba a paso tranquilo con una actitud menos desenfadada que la que muestra con bandeja en mano. Y todo el fuego que parecía iba aspirando su espaldita que cada vez mas chiquitita se me perdía. Ay ay ay, vendrás alguna vez más?.
Me quedé tristona.