Estuve muy milonguera. Muy callejera. Agotada, malhumorada,
confiada…Y, tal vez sin darme mucho
cuenta, me olvidé de hacerme cargo de mi pareja. Lo dejé ir parece. Y se fue sin irse.
Descubrí que anda con otra. No tenía
nada que hacer anoche cuando se fue a duchar y , entre que ponía la alarma del
reloj en su celu llegué a “bandeja de entrada” . Sorpresa la mía ver tanto amor
en tan pocas palabras. Este hombre si alguna vez me eligió dejó de hacerlo.
Pero por qué dice amarme?, cómo puede?, tal vez puede y me elige de esta otra
manera, sin exclusividad. Me hice la que
no vi nada, busqué su espalda desnuda, apoyé mi boca sobre su piel y le di besos mientras me nacían varias lágrimas. Será
despedirse?. Lo dejo a él que oculte lo quiera ocultar?. No se pero, lejano, me gusta
muchísimo más.
La realidad es un ladrillo arrojado desde el Puente 12 que nos da de pleno en el alma... y si, el tango no se contenta con el sentir de un solo cuerpo, proponiendo una existencia de dolor y de placer... Los milongue@s tratamos de manejar esas dosis.
ResponderEliminardescripción justa Luigi. Ya veces nos gana el dolor pero, quien nos quita el placer que se filtró en algún mísero instante.
ResponderEliminar