Creí que no iba a encontrar otro hombre que me nockee en un abrazo, que me aquiete y lacere mi desnuda mansedumbre. Y allá estaba palpitando tras rulos antitangueros el muchachito de remera gastada -parecía anaranjada y bombacha de campo color de arena mojada.
Una fiesta en Cochabamba entre luz amarillenta, entre cuerpos a montones, carcajadas, pibas buenas, mucho morocho en San Telmo... Códigos en la pista destrozándose van rodando, jugueteando y resbalando entre ochitos milongueros. Y, entre una nube de talco, corazones - mas que piernas, van moviéndose.
Y una que queda perpleja, atontada, vulnerable, mansa, clara e irremediablemente por toda la noche: enamorada ( y pensar que hasta hace un rato a otro andaba extrañando...).
Cuánto amor se respira en estos aires...
ojalá fuera uno quien despertara semejante descripción. Pero no tengo rulos y por ahí ni tan tanguero soy. Tal vez no conozco ese lugar que hoy dan tantas ganas de conocer. Caigo cualquier día?, estará usted?
ResponderEliminarUhhh cinco años y medio para contestarle!!!! Perdón Cesar !!! , No vaya;ya no está la milo esa ni ninguna...Adiós
ResponderEliminar