Mauricio se sentó en el banco.
Blanca barba, ojos sabios
Con dulces entre sus manos
Con paciencia , estacionado.
Y pasaron muchos subtes
Pasaron tantos zapatos
Y Mauricio sigue ahí
con su tiempo y su niñez
Con su asombro y sencillez
Y el andén hoy es la casa
Que huele a jenjibre y miel .
Mauricio no tiene redes
Tampoco tiene su mail
Pero en Flores algún viernes
En el banco junto al tacho
Con dulces entre sus manos
Puede que él aún esté.
( Gracias a él -a Mauricio )
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