Como dos nada extraños...

sábado, 14 de febrero de 2015

Mano a mano

Para mi , la mano del milonguero sobre mi espalda define. Es como que tiene que ser tan precisa, tan justa. Ni muy muy muy ni tan tan. Como un "acá estoy pero hacé lo que quieras, cuando quieras y como quieras". A veces me siento apretada al vicio, sin libertad. Feito. Otras veces está todo bien hasta que una quiere tomarse sus tiempos y ahí los tenés con esa mano apurándote. Horrible. Varias veces pasa que la mano en lugar de contenerte te acaricia de una manera tan evidente que te incomoda ( si no te pasa lo mismo por supuesto). Y bue...su mano derecha es fundamental. Su abrazo es para quedarte o para huir despavorida. Y,  no te hace falta ni un tango para darte cuenta. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario