Como dos nada extraños...

sábado, 27 de diciembre de 2014

RELATOS TANGUEROS ( BAILÁ, VOLÁ, ESCRIBÍ)

( de Luigi Seta)  Almita Herida
Y de pronto, en medio de todo, sin anestesia ni miramientos te aparecés vos por la milonga de la Pequeña Habana, carita a tristona, como preguntándote por qué estabas allí… Habrá sido en realidad que la Ciudad Vieja te había devuelto de sus fauces, indemne? Era ya el mar marrón un recuerdo, quieto y adormecido allá por el Río De La Plata? Y bailando te veo…. Y me ves… Dagas que surcan el aire, miradas que no quieren ser, y yo atrapado en esta sincopa puta del enrosque.... y este tango que me va arrastrando, sin miramientos, expuesto,...y yo vulnerable, herido.... y vos ahi… sin poder tocarte... Hasta que este mismo tango se declara en rebeldía, y ya no se deja... ni siquiera bailarlo.... y yo congelado en este instante perpetuo.... Un instante y un universo al mismo tiempo.

( de Fernando Mediavilla)  Veinte Años 
Pasan de los cuarenta y sus almas ya están enfermas.
Los sábados buscan amparo en la milonga. Se sientan en lugares distantes y durante un tiempo se ignoran, hasta que el arrullo de Marino o de Berón les empieza a apretujar y es entonces cuando se buscan. Al principio bailan de forma distante, tanteándose.
 Un par de tandas y consiguen conectar con tanta intensidad que sin saber cómo, terminan entre un caos de cartones de cajas de fernet y champán al fondo del almacén, medio enloquecidos y enmarañados como animales en celo.
Pasado el estado de enajenación, se recomponen y lentamente regresan a su mesa. No bailan con nadie más, cualquier invitación es tajantemente rechazada.
Cuando todo termina salen por separado, sin despedirse, Máximo vuelve a casa y a veces se encuentra con Mónica en el portal, se miran como dos desconocidos antes de entrar en el ascensor, comen de forma frugal y beben una copa de vino en la cocina, apenas se dirigen la palabra sólo algún lacónico comentario sobre el ambiente de la milonga. Luego cada uno se dirige a un dormitorio diferente.
El mes que viene hará veinte años que Mónica y Máximo se casaron.

Textos compartidos a través de Relatos Tangueros

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