Y así venía la noche; medio desastre...Hacía tanto que no caía en Canning. hasta que por suerte apareció el motivo de haber llegado hasta ahí y no haberme quedado apoltronada en la cómoda Catedral:
El Sexteto Milonguero. Una emoción rarita; Los tengo tan asociados a Córdoba y a Tsunami que verlos en este ambiente de sacos elegantes y arrasadoras muchachas orientales desestabiliza. Los sonidos resultan hermosos, dulzones, la sensualidad con la que se planta el cantor te baila desnuda relamiéndote mientras te mareás y tu nube milonguera se te desdibuja; ya no ves ni al que se te puso enfrente ni nada. Y no se, sonreís, te brotan las sonrisas plácidas porque la música te penetra desde el amor tanguero y hasta lo que pueda haber en la letra de amargura no empaña el dulce y tono verde agua de ese cosquilleo sonoro que se te mete y te recorre entera como una lengua cálida y suave. .
Al final bailé con varios y la noche se fue espesando a punto caramelo ya entradas las tres cuando de pronto aparecen caras nuevas ( o caras que ves mas en otros lados) - destruídas caras con ojos rojos y cansados, con sacos arrugados...Y a esa hora te encontrás con la verdad de los abrazos, con una pista menos concurrida y mas ardiente...Y ya no hay revoloteo, hay contacto y está ese tango que fuiste a buscar, ese que te atraviesa. y que te persigue en sueños...
me gustó verte anoche. Podríamos haber bailado más. Me fui y en elcamino me arrepentí. A veces no se puede decir que no y vos ya me hablaste de tu situación. Quiero olvidarme de tu abrazo, de lo lindo que bailamos. Y ando de suerte, en las noches las milongueras a veces andas dispuestas. Las que no te gustan tanto andan dispuestas pero no importa. Te das unos besos aunque mas no sea para olvidarte un rato de esa. Te quiero - aunque no te hayas ni dado por enterada de lo que te dejé en la mesa. Viste la servilleta?. Se que no sos de las flores, las citas - según lo que escribís pero por ahí un sandwuichito de bondiola en Costanera Sur, nos metemos en el corazón de la Reserva...hablamos un poco, nos abrazamos otro poco y bailamos al son de los pájaros tangueros...Espero coincidamos en estos días en otra milo. Buenos Aires parece tan grande pero, al final cómo te encuentro carablanca! Adios y buena tarde
ResponderEliminarOjalá fueras quien pienso, quien deseo seas. Servilleta ninguna, no te creo te hayas acercado a mi mesa para dejarme algún presente. Lo de la Reserva es plan diurno, acaso está dispuesto a dejarse ver bajo el sol?, si ya hablamos, no hay mas que agregar. Solo lo espero con ansias para abrazar...
ResponderEliminarTodo bien pero estuve en Canning la otra noche y la descripción del señor robusto coincide bastante con mi persona. Vea: nadie le anduvo revoloteando, tal vez haya sido a la que andaba al lado pero nadie revolotea a quien se hace la estrella. Usted debe ser de esas milongueras que de tanto elegir que venga "el milonguero" se quedan solas y con el lagrimal negro de la pintura que se les va desparramando con el correr de la noche y el correr de los abrazos que le pasan por el lado sin rozarla. No le creo haya bailado con varios..
ResponderEliminar….Y ese tango que te atraviesa y te persigue en sueños, abriendo descaradamente todas la puertitas del Señor López, y no solo un poco, dejándola algo entreabierta…. Si no a tope… a tope… a tope… que terrible es el despertar de la mañana…. Especialmente cuando el botón rojo de la mesita de luz no funciona más... y ese lado oscuro del corazón ya no baila al compás…
ResponderEliminarTerrible... y ese sol nos de vuelta la cara con una bofetada tan terrible, mejor la noche y aún destruídos esa oscuridad iluminada por tan claro motivo de latir.
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